Atardecer en Mojacar
La intensidad del color del cielo permitía recortar la silueta de la tierra, oscurecida por el propio contraluz.
Así lo vimos, así os lo enseñamos.
La intensidad del color del cielo permitía recortar la silueta de la tierra, oscurecida por el propio contraluz.
Fotografiar detalles es una debilidad y una actividad algo friki. Y los estambres de una flor (no sé cómo se llama, no soy tan friki) siempre llaman mi atención. Como diría el gran Manolinho, mejor en grande.
En unas breves vacaciones en un chalet de unos amigos en Águilas descubrí una báscula antigua. No paré hasta hacerle un foto. Apenas está retocada pese a estar virada a sepia.
La luz lateral resaltaba la textura suave, aunque cavernosa, de un limón. Pocos colores son tan rotundos como el amarillo en una fotografía (esta es una impresión personal)
Una estampa algo refrescante para este caluroso verano que empieza a despedirse. Sobre todo para los que ya estamos de vuelta al cole.
Preciosa playa de aguas cristalinas llena de pececitos de colores en un islote frente a Fajardo. Mientras en Puerto Rico estaba lloviendo, nosotros teníamos un sol de escándalo. El agua calentita y flipando con la fauna.
Para los que se han quedado en la capi sin vacaciones... Tampoco está tan mal la ciudad.
¿Hay hambre? La verdad es que para comer este manjar por el que algunos pueden casi matar en una boda, no hace falta tener hambre...
Una imponente leona descansa sobre un termitero con la mirada fija en un grupo de gacelas Thomson. A mi juicio uno de los felinos más bellos de la tierra.
Una manada de elefantes pasea en busca de mejores pastos en la inmensidad inabarcable del Serengeti (Tanzania). Pocos escenas transmiten mayor sensación de paz en el mundo salvaje. Es increíble lo agresivos que pueden llegar a ser llegado un momento y lo extremadamente fuertes que son.
Una leona bosteza tratando de desperezarse en el Serengeti. Creo que no hay muchos seres vivos que vivan mejor que los leones. Aunque pensándolo bien, creo conocer alguno...
Yo, mi, me conmigo, autorretratado utilizando dos focos colocados en diagonal, el delantero para iluminar medio rostro y acentuar la textura de la piel y el trasero para dar una mayor sensación de volúmen.
Retrato intimista de una conocida usando una tenue luz lateral que resalta la textura de la piel.
El objeto es bastante plástico pero el objetivo era buscar otro tipo de efectos jugando con distintas profundidades de campo.
Nunca me ha gustado demasiado el color dorado pero sí las monedas, objetos mágicos que podemos intercambiar por un montón de cosas más útiles. Elegí las más feas, lo reconozco, pero prometo repetir la foto con otras.